Lectio septuagesima octava ( 78 ) Fabula mortifera 1. Vir quidam, caedis accusatus, in judicium vacatus est. 2. PRAESES. Amicus quem colebas in cubiculo tuo mortuus inventus est. Tu solus eum interficere potuisti. 3. PATRONUS. Domne Praeses, hoc sine ullo indicio affirmavisti. Nullum est in cadavere vestigium. Nec manuballistae ictu, nec pugione, nec strangulatione, nec veneficio interfici potuit. 4. REUS. Omnia vera ego dicere volo. Eum invitus occidi. Ei fabulam mortiferam narravi. 5. PRAESES. Quod est istud novissimum mendacium? 6. REUS. Non mendacium est, sed, eheu, verum. Auctor sum comicus, et fabulam ita ridiculam excogatavi, ut homines, qui eam audiant, risu emoriantur. 7. Haec nolens, cum amico meo qui hanc fabulam audire cupiebat, perincommode expertus sum. 8. PRAESES. Jubeo te hanc fabulam narrare ut, ultrum vera an falsa dicas, videamus. 9. REUS, pavore percussus. Impossible est: nolo iterum innocentees occidere. 10. PRAESES, summa auctoritate. Officium nostrum est veritatem invenire. Spectatores ex auditorio discedant! Maneant judices, patronus, reus, custodes duo! 11. Nos sumus homines fortes et graves. Nihil timemus. Reus fabulam narret! 12. Reus, iterum invitus, fabulam narravit. Paucis post secundis, patronus risu corruit atque inde obiit. 13. Post temporis momentum judices obierunt. Praeses cito in mortem eos secutus est. 14. Imperturbati tamen manserunt custodes duo. Obierunt postero die, fabulam enim tardius intellexerunt!

Lectura setenta y ocho (78) Una historia mortal 1. Cierto hombre, acusado de asesinato, fue apartado para juicio. 2. EL PRESIDENTE. Un amigo que solías adorar fue encontrado muerto en tu dormitorio. Tú solo podrías matarlo. 3. Patrón. Señor Presidente, usted dijo esto sin ninguna información. No hay rastro del cadáver. No podía ser asesinado por un golpe de pistola, ni por una daga, ni por estrangulamiento, ni por envenenamiento. 4. El acusado. Quiero decir toda la verdad. Lo maté de mala gana. Le conté la historia fatal. 5. EL PRESIDENTE. ¿Cuál es esta última mentira? 6. El acusado. No es mentira, sino, por desgracia, la verdad. Soy autor de historietas, y me he inventado una historia tan divertida que la gente que la escuche se morirá de risa. 7. No dispuesto a hacer esto, tuve una experiencia desagradable con mi amigo que quería escuchar esta historia. 8. EL PRESIDENTE. Te ordeno que cuentes esta historia, para que podamos ver si dices la verdad o no. 9. El acusado, golpeado por el terror. Es imposible: no quiero volver a matar a inocentes. 10. EL PRESIDENTE, por la máxima autoridad. Nuestro deber es encontrar la verdad. ¡Los espectadores dejan a la audiencia! ¡Que queden los jueces, el guardián, el acusado y los dos guardianes! 11. Somos un pueblo fuerte y serio. No tememos a nada. ¡El acusado cuenta la historia! 12. El acusado, de nuevo a regañadientes, contó la historia. Unos segundos después, el patrón se derrumbó de la risa y luego murió. 13. Después de un tiempo los jueces murieron. El presidente los siguió rápidamente hasta la muerte. 14. Los dos guardias, sin embargo, no fueron molestados.¡Murieron al día siguiente, porque entendieron la historia muy lentamente!