EXERCITATIO 1. Nec multo post, illa nubes descendere in terras, operire maria; 2. cinxerat Capreas et absconderat. 3. Jam cinis, adhuc tamen rarus. 4. Respicio : densa caligo tergis imminebat, quae nos torrentis modo infusa terrae sequebatur. 5. Audires ululatus feminarum, infantium quiritatus, clamores virorum. 6. Alii parentes, alii liberes, alii conjuges vocibus requirebant, vocibus noscitabant. 7. Hi suum casum, illi suorum miserabantur; erant qui metu mortis mortem precarentur. 8. Paulum reluxit, quod non dies nobis, sed adventantis ignis indicium videbatur. 9. Et ignis quidem longius substitit; tenebrae rursus, cinis rursus, multus et gravis. 10. Hunc identidem adsurgentes excutiebamus; opert alioqui atque etiam oblisi pondere essemus. 11. Tandem illa caligo tenuata quasi in fumum nebulamve excessit. 12. Mox dies verus; sol etiam effulsit, luridus tamem, qualis esse, cum deficit, solet. 13. Occursabant trepidantibus adhuc oculis mutata omnia altoque cinere tanquam nive obducta. 14. Regressi tamen Misenum curatisque utcumque corporibus, suspensam dubiamque noctem spe ac metu exegimus

EJERCICIO 1. Y no mucho después, esas nubes descendieron sobre las tierras y cubrieron los mares; 2. Había rodeado las cabras y las había escondido. 3. Ya cenizas, pero aún escaso. 4. Miro hacia atrás: una espesa niebla amenazaba detrás de nosotros, que nos seguía como un torrente infundido con la tierra. 5. Oirías los aullidos de las mujeres, los llantos de los niños, los llantos de los hombres. 6. Unos buscaban a sus padres, unos libertos, y otros a sus esposas por sus voces, ellos los conocían por sus voces. 7. Los primeros se apiadaron de su propia suerte, los segundos de la suya; había quienes rezaban por la muerte por miedo a la muerte. 8. Amaneció un poco, porque nos parecía no el día, sino la señal del fuego que se acercaba. 9. Y el fuego de hecho se detuvo aún más; oscuridad otra vez, cenizas otra vez, muchas y pesadas. 10. Lo sacudimos una y otra vez mientras nos levantábamos; de lo contrario nos habríamos olvidado del peso. 11. Por fin esa niebla se diluyó, como si fuera humo o niebla. 12. Pronto el día verdadero; brillaba también el sol, pero estaba oscuro, como suele ser cuando se pone. 13. Se encontraron con ojos todavía temblorosos, todo cambiado y cubierto de cenizas profundas como si fuera nieve. 14. Sin embargo, habiendo regresado a Miseno, y cuidando los cuerpos lo mejor que pudimos, pasamos una noche suspendida y dudosa en esperanza y miedo.